lunes, 15 de junio de 2009

Características gramaticales del español de Chile

CARACTERISTICAS DEL BILINGUISMO DE CHILE.


Integrantes:
Mauricio Escobar.
Danilo San Martín.



Introducción:

Chile es un país con diversidad cultural. En la actualidad existen 4 lenguas indígenas que aún siguen teniendo vigencias, estas son el aymara, el mapudungun o mapuche, kawescar o alacalufe, y una cuarta lengua que es el rapanui o pascuense, perteneciente a las lenguas polinésicas. La lengua de cada uno de estos grupos indígenas constituye a definir su identidad, incluyendo su forma de vida, su historia, sus rituales, y sus costumbres.
Dentro de las lenguas extintas encontramos el kakán (lengua de los diaguitas-calchaquíes), el kunza o atacameño (lengua de la II región), el ona o selknam (lengua de tierra del Fuego), y el yámana (lengua hablada en las cercanías de Cabo de Hornos). Esta última se encuentra casi extinta, sólo sobreviven 3 hablantes mujeres de la tercera edad (Grebe M., 2004).
En la actualidad, los indígenas de Chile deben enfrentar varios desafíos lingüísticos. Cuando se encuentran en la ciudad o en medios en donde se habla exclusivamente el español, ellos deben adaptarse a esta situación, dejando su lengua nativa para comunicarse así esporádicamente con las personas que los rodean. Los grupos que residen en los centros rurales mantienen en mayor medida su lengua y cultura, ayudando así a perpetuarla en el tiempo. No obstante, sólo los adultos mayores hablan la lengua nativa en muchos de los lugares que se ubican estas culturas.
A pesar de todo, hasta el día de hoy las lenguas indígenas han tenido la fuerza suficiente para sobrevivir a través del tiempo, enfrentando las enormes presiones de asimilación por parte del castellano como lengua oficial.
El siguiente informe tratará sobre el bilingüismo en Chile, dándole mayor énfasis a la lengua mapuche, por ser ésta la segunda lengua más hablada en nuestro país. El objetivo es dar a conocer y entender el difícil proceso que involucra adquirir esta segunda lengua, y por otra parte poder tomar conciencia, tratando de hacer algo antes de que ésta desaparezca por completo. Para su realización nos basamos en el capítulo 4 “bilingüismo en el niño” de un texto llamado, creado el año 2001 por Juan Narbona y Claude Chevrie Muller.
Cabe destacar que este informe a pesar de la poca información existente del tema, será mirado desde un punto de vista lingüístico. Es por ello que a los lectores, los invitamos a leer comprensivamente este pequeño documento.

En primer lugar debemos entender el concepto de bilingüismo: “bilingüe es la persona que, además de su primera lengua, tiene una competencia parecida en otra lengua y que es capaz de usar una u otra en cualquier circunstancia con parecida eficacia.” (Barcelona A., Fernández M., 1998).
¿Chile es un país bilingüe?
A raíz de la definición anterior, claro que sí. Como consecuencia de su contacto e interacción creciente con la sociedad nacional, los mapuches han accedido al bilingüismo, empleando tanto su lengua nativa como el castellano. El mapudungun lo utilizan como segunda lengua (L2) y el castellano como primera lengua (L1), salvo en algunas excepciones. Entiéndase como primera lengua aquella más utilizada en su vida cotidiana.
El castellano en una lengua imprescindible que ningún mapuche puede ignorar. Es la lengua con más predominio en la población nacional, haciendo de esta manera que el mapudungun quede restringido a lo íntimo y cotidiano, mientras que el castellano abarca todo lo institucional y formal.
Además cabe destacar que actualmente el castellano se difunde a través de los medios de comunicación, al alcance de las familias indígenas, facilitando así su transmisión. La vigencia de esta lengua depende de varios factores, siendo los más predominantes: las migraciones, la valoración de la propia lengua, la preservación de la propia identidad étnica, y la lengua nativa en contextos urbanos (Grebe M., 2004).
Tipos de bilingüismos.
En la definición canónica (Weinreich 1953, Ervin y Osgood 1954) se habla de bilingüismo compuesto cuando la L1 y la L2 son utilizadas indiferentemente, recurriendo el hablante a un solo conjunto conceptual. En el caso del bilingüismo coordinado, en el que se da coexistencia de dos sistemas nocionales, la adquisición de la L2 no se produce en el mismo entorno que la L1, sino ya sea en clases o en el extranjero, y su aprendizaje acontece más tarde.
Si bien estas categorías pueden conservar una cierta pertinencia metodológica en el preadolescente o en el adolescente, no deberían ser operativas en el niño pequeño, ya que el aprendizaje de la L1 está en curso, y sobre todo, porque las diferenciaciones sociales están todavía muy difuminadas.
En nuestro país el bilingüismo que predomina principalmente es el compuesto, esto se debe a varios factores, por nombrar alguno está el hecho que en ningún otro país existe la lengua mapudungun, y en nuestro territorio aún todavía no se fomenta la lengua mapuche como un ramo dentro de las instituciones escolares, a pesar de ser vernácula.
Bilingüismo mapuche-castellano
Queremos partir resaltando que todo hablante, sea monobilingüe o bilingüe, debe modular continuamente sus estrategias de comunicación y contener las variaciones fonológicas, morfosintácticas, y semánticas en unos límites aceptables (Bonnot J., 2001). Grosjean, en 1982 observa que el bilingüe no debe ser sistemáticamente comparado con el monobilingüe, sino que debe ser estudiado en sí mismo. Casi la totalidad de los hablantes monobilingües de nuestro país, son personas que hablan castellano.
Debemos tener claro antes de seguir, que el castellano utilizado por los mapuches tiene algunas pequeñas diferencias con la de los hispanos hablantes, destacando entre ellas fenómenos de pronunciación y disimilitud en la estructura gramatical.
En los últimos años, el castellano se ha impuesto casi universalmente sobre los mapuches, de modo que hoy gran parte de la población mapuche es mayoritariamente bilingüe. Algunos mapuches hablan predominantemente mapudungun y reservan el castellano sólo para sus contactos con la población hispana, mientras que otros hablan predominantemente el castellano, usando el mapudungun cuando no tienen otra alternativa. El primer grupo (mapudungun como L1), hablan castellano sólo cuando viajan a las ciudades y deben interactuar con hispanos para comprar, vender, hacer trámites civiles o requerir algunos servicios. El segundo grupo (castellano como L1), utilizan el mapudungun sólo en conversaciones con sus parientes que no dominan el castellano, principalmente éstas se caracterizan por ser personas de la tercera edad.
Del párrafo anterior concluimos que para los mapuches, el mapudungun es la lengua para la vida, y el castellano el contacto con la sociedad hispana. Por lo tanto, el bilingüismo es inestable en el sentido de que la vigencia de la lengua mapuche depende de la sobrevivencia de esta cultura. La decadencia más dramática del bilingüismo tiene lugar cuando en el ambiente familiar y comunal, los mayores les hablan a los niños sólo en castellano, prohibiéndole sistemáticamente el uso del mapuche, haciendo en estos casos que la única lengua que aprendan los niños sea el castellano. A lo largo inevitablemente estos niños llegarán al deterioro o a la pérdida de sus competencias lingüísticas mapuches. Para evitar éste problema, la sociedad chilena de lingüística, ha llegado a la conclusión de crear un alfabeto mapuche, con el objetivo de preservar en textos escritos la cultura vernácula tradicional (Salas A., 2006)
En el desarrollo del bilingüismo, surge un concepto muy utilizado en la actualidad, que recibe el nombre de interlengua (IL), Éste ha sido desarrollado para dar cuenta de la adquisición de una segunda lengua o de una tercera lengua (L2, L3), teniendo al menos un dominio parcial de una primera lengua.
Puede darse el caso que la L2 empiece a desenvolverse mientras aún el desarrollo de la primera lengua (L1) no esté acabado (Selinker 1972, Bonnot y Spa 1988). En nuestro país sucede lo observado por Selinker, ya que el aprendizaje de la L2 por parte de los niños mapuches comienza mientras aún el de la primera lengua (L1) no está terminado.
Pero, ¿Cómo se llega a formar una segunda lengua o interlengua?
Sharwood-Smith (1988) plantea tres posibles hipótesis que intentan explicar la formación de una segunda lengua. La primera es la hipótesis parasitaria, ésta propone que los principios de la gramática universal (Chomsky) a los que el aprendiz recurre para construir la L1 son reutilizados en el momento de la adquisición de la gramática de la L2. En palabras más simples, la IL se desarrollaría de manera parasitaria, es decir, utilizando las plantillas o las bases de la L1. Su segunda teoría es la llamada hipótesis recreadora según la cual la adquisición de la L2 obedece a los mismos principios que la L1; así, el aprendiz accedería directamente a los principios de la GU y la elaboración de la L2 no tendría en cuenta ningún esquema puesto por la L1, es decir, no habría transferencia de datos desde la L1 a la L2. Su última hipótesis es la de la reconstrucción; en este caso los procesos de aprendizaje de la L2 están doblemente condicionados por la L1, por determinados principios de la GU. Hasta el día de hoy no se sabe con clara certeza, cuál de estas hipótesis es la que explica mejor el proceso de adquisición del castellano por familias mapuches. Hay algunos autores que se inclinan por la hipótesis parasitaria, pero no hay un argumento que lo acredite completamente.
No cabe duda que el aprendizaje de cualquier lengua está determinado por el factor cognitivo. Jean Bonnot, basándose en estudios realizados por White (1985), afirma que la adquisición de la L1 provendría de un módulo del lenguaje ubicado en el cerebro caracterizado por ser rápido, automático e inconsciente, mientras que el aprendizaje de la L2 se debería más a la contribución de los procesadores centrales caracterizados por ser más lentos y conscientes.
Estas divergencias permiten explicar en cierta parte el por qué los mapuches ya en la pubertad tienen más dificultades para aprender una segunda lengua que los sujetos más jóvenes.
Datos neurobiológicos y psicolingüísticos del bilingüismo.
El 90 % de las estructuras cerebrales están completamente formadas hacia los 6 años de edad. La adquisición de la L2 cuando sucede más tarde, no debería estar más que ligeramente influenciada por la maduración cerebral propiamente dicha (Whitaker, 1981).
Existe un autor llamado Leneberg, que el año 1971 afirmó que los 2 hemisferios cerebrales son equipotenciales al nacimiento y lo continúan siendo durante los dos primeros años de vida, posteriormente se diferenciarían hasta alcanzar una jerarquía funcional. En referencia a esta hipótesis de la equipotencialidad se ha sugerido que la segunda lengua aprendida en edades tempranas podría estar representada en el hemisferio derecho, o bilateralmente (Paradis y Lebrun 1983, Karanth y Rangamani 1988). A pesar de existir una diversidad de opiniones sobre el tema, hoy en día existe un gran acuerdo de varios científicos que afirman que determinadas tareas ejecutadas por el bilingüe requieren una participación más intensa del hemisferio derecho que el izquierdo.
Un determinado número de trabajos, utilizando la estimulación eléctrica de zonas cerebrales durante intervenciones neurobiológicas, parecen indicar que en los bilingües, la superposición de las cortezas funcionales no es en su totalidad. Estas experiencias muestran también que las zonas corticales son más reducidas cuando el sujeto se expresa en su primera lengua.
Efectos positivos y sustractivos del bilingüismo
Se reconocen generalmente las virtudes del bilingüismo, que favorecía la creatividad y la flexibilidad cognitiva (Lambert 1981). Los efectos sustractivos serían en su totalidad atribuibles a condiciones de vida precarias: la mayor parte de los trabajos de sociología de la educación muestran sin ambigüedad que los niños de familias mapuches obtienen peores resultados escolares que los niños de clases medias y superiores (Burchinal y cols. 1989, Fitouri 1983). No debe irse con la idea de que las familias mapuches viven en condiciones desfavorables, este estudio fue realizado el año 1989, hoy en día la gran mayoría de ellos goza de las necesidades básicas como luz, agua potable y alcantarillado.
Estudios realizados
Numerosos trabajos han puesto de manifiesto diferencias en el ámbito cognitivo, comportamientos sociales, y en los rendimientos escolares, entre niños bilingües y monobilingües.
Narbona J., y Muller C., en su libro “el lenguaje del niño”, citan un estudio muy interesante realizado por Bonnot J., el año 1988. Bonnot rechazó la hipótesis que sospechaba que determinadas lenguas presentarían configuraciones más naturales o más lógicas que otras, en Chile se decía que era el castellano. A partir de lo dicho anteriormente, podemos concluir que la adquisición del mapuche como segunda lengua, no es afectada o facilitada a priori por las características del castellano.
Por último se ha encontrado también que el parentesco genético juega un papel importante en la adquisición de una segunda lengua. Es más fácil para el hablante nativo (mapuche) aprender otra lengua como L2, que para un hispano aprender la lengua mapudungun.

















Referencias:

- Chevrie-Muller, C. & Narbona, J. (2003). Capitulo 4: Bilingüismo del niño. En “El lenguaje del niño”. Desarrollo normal, evaluación y trastornos. Barcelona: editorial Masson.
- Guzmán, C., San Martín, D. (2008). Bilingüismo en Chile, informe bibliográfico de Lingüística, Universidad de chile.

1 comentario:

  1. Problemas graves con las citas, porque indican textos que ustedes no leyeron directamente.
    Nota: 5,0

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